Cuando volvimos de las vacaciones de Semana Santa, todo fueron sorpresas en nuestro huerto.
La primera estos bonitos murales que hizo un graffitero famoso de nuestro barrio.
La segunda y que habréis podido comprobar era que las plantas habían crecido de forma espectacular, las buenas y las malas.
Aquí no distinguimos bien las patatas entre tanta mala hierba, aaayyy dios mío.
Los girasoles (a la izquierda) crecen y crecen y ya vemos las flores del calabacín...
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